Ser el proyecto portuario con mayor proyección en la región y el país, conlleva unos retos que merecen toda nuestra atención. En particular, las dinámicas pesqueras del área de influencia de Puerto Antioquia están inmersas en la cultura, la economía y la alimentación de los habitantes de Nueva Colonia y Puerto Girón, por lo que tener como vecino a un proyecto de infraestructura con alto impacto para el desarrollo en Urabá, nos presenta un panorama nuevo y de especial trabajo en equipo.
El monitoreo de pesca viene siendo implementado como medida de seguimiento y definición de línea base para identificar los posibles impactos directos en el volumen de la pesca que los pescadores obtienen en los caladeros vinculados a las actividades de construcción del puerto. De esta manera, los datos obtenidos, las estadísticas, cartografías y analítica consecuentes, nos permiten diseñar estrategias y tomar decisiones para la mitigación y/o compensación con la responsabilidad, transparencia y el sentido de realidad que el entorno merece.
Yuranis Hernández Chica, líder juvenil e integrante de la Asociación de Pescadores y Agricultores de Nueva Colonia-APEANCO, resume con naturalidad su misión como Monitora de Pesca en el equipo de Puerto Antioquia: “me encargo de una encuesta que realizamos a los pescadores artesanales para ver cómo les fue en la faena, en qué sitio pescaron, qué capturaron… y así tener un dato exacto de cuántas toneladas de peces llegan al mes al desembarco de Nueva Colonia, Puerto Girón y Puerto Boy. Luego esos datos se los pasamos a nuestro jefe”.
La metodología participativa incentiva que los pescadores suministren información de campo: dónde estuvieron pescando, cuánto tiempo, qué peces capturaron, gastos de alimentación, combustible y aceite. Todo lo anterior, requiere un ejercicio de fecundación de confianza, inspirado en la pertinencia de su rol como fuentes primarias de una información que favorecerá conocer la realidad para tomar decisiones acertadas. Por ejemplo, registrar la ruta es clave para identificar qué zonas estarán vulnerables con la construcción del terminal portuario.
Lo anterior, destaca al Monitoreo Participativo de Pesca como un insumo significativo para consolidar el Plan de Compensación, en el cual, lo más importante es conocer y preservar los saberes y, nuevos conocimientos que permiten empoderar a cada pescador que ha sido identificado durante más de 2 años en las extenuantes jornadas de verificación, conteo, medición y acompañamiento a faenas. Dichas jornadas están enfocadas en promover la profundización de sus prácticas, tal como lo permite el desarrollo día a día de la interacción entre monitores y pescadores.
Recopilar y analizar la información de base permite identificar las dinámicas pesqueras de las localidades, tanto en la época de sequía como en la época lluviosa. Al respecto, Mauricio Alejandro Ruiz, profesional ambiental offshore de Puerto Antioquia, conoce el contexto completo del puerto y destaca algunos hallazgos del monitoreo, como son: el dato diario de las fluctuaciones de pesca, los cambios de capturas según la época climática, los volúmenes desembarcados que alcanzan entre 15 y 20 toneladas de pescado por mes y los más de 60 tipos de especies que son capturadas.
En total son cuatro monitores de pesca que llegan cada madrugada a los sitios de desembarco asignados en Nueva Colonia, la comunal San Jorge y Puerto Girón. Inicialmente, se acercan al pescador que llega y entablan una conversación prudente, comprendiendo el cansancio de quien regresa después de una faena, que dura mínimo dos días. A continuación, los encargados del esquema de recolección de datos se disponen a formular las preguntas necesarias para comprender el comportamiento pesquero del mes y así identificar cuáles son las acciones que se deben asumir para mitigar los posibles impactos.
Salir a una faena es un proceso que ya tiene más que interiorizado Joaquín Rodríguez. Tantos años siendo protagonista de una postal que dibuja a un pescador en aguas del caribe antioqueño lanzando su trasmallo, le permiten resumir la preparación para salir a pedirle frutos al mar:
“Hay veces en que las faenas son complicadas, difíciles, de acuerdo a los cambios de viento, a la marea y con base en eso es que uno coge los pescados. Para la faena uno se prepara bien de trasmallos, de motor, un buen motor, buena chalupa para que no vaya a tener un contratiempo en altamar. Una faena puede durar entre tres y cuatro noches y, de acuerdo a como esté la pesca uno tiene que seguir o sino pierde la gasolina, los gastos… entonces hay que venirse al menos con la liga” cuenta Joaquín, un experimentado pescador de la zona, quien cree en el monitoreo de pesca y reconoce el valor de la ciencia aplicada.
En conclusión, mensualmente los resultados del monitoreo son puestos a consideración de la Mesa de Participación con Líderes Pescadores, integrada por representantes de las asociaciones locales, los pescadores independientes, la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca – AUNAP, las Secretarías de Agricultura de Apartadó y el Distrito de Turbo; entre otros actores regionales que se consideren pertinentes, según transcurra la actividad, con el objetivo de verificar la información, proponer ajustes y estudiar oportunidades de acción a partir de la analítica de datos. Adicionalmente, se promueven capacitaciones para complementar los conocimientos técnicos y comprender el comportamiento pesquero de las localidades.